Es verdad que cantaron como
gallos y pusieron como gallinas.
Es verdad que se robaron las
elecciones y nadie tiró un tiro, quemó una goma o protestó en el parque
Independencia frente al Altar de la Patria.
Es verdad que les quitaron el
poder como se le quita un caramelo a un niño de dos años. Y no hicieron más que
correr, como Jeremías, al muro de las lamentaciones.
Es verdad que apagaron el
Jacho de la dignidad y la esperanza nacional que representó el Partido
Revolucionario Dominicano en las elecciones.
Se robaron las elecciones frente a sus propias
narices, como lo advirtió Leonel cuando dijo tener 40 mil millones de pesos,
asfalto desde Venezuela y 90 millones de raciones de comida para los muertos de
hambre del país que suman más de millón y medio de personas..
Todos vimos los camiones y
las patanas llenas de electrodomésticos traídos en furgones desde Panamá sin
pagar impuestos; todos vimos el negocio de las importaciones de arroz, ajo y
cebolla para favorecer a Danilo; todos vimos lo comandos de las Fuerzas Armadas
y la Policía, junto a los paramilitares de las reservas, actuando como los
carabineros en la dictadura de Pinochet, en Chile; todos vimos los centros de
compra masiva de cédulas dentro y fuera de los recintos electorales; todos
vimos las vallas con la figura de Danilo
en los espacios públicos de todo el territorio nacional; todos vimos los
medios de comunicación, gubernamentales y privados, de un solo lado; todos
vimos las portadas falsas de los diarios el 18 de mayo dando al candidato
oficial como ganador; todos vimos al presidente Leonel Fernández junto a sus
ministros, viceministros, embajadores y cónsules utilizando los recursos del
Estado. Todos vimos la falta de equidad, pluralidad y transparencia durante el
proceso electoral; todos vimos a la Junta Central Electoral actuar como un Círculo de Estudio del PLD. Todos vimos los obstáculos a los observadores de Participación
Ciudadana. ¡Todos, lo vimos todo! ¡Y nadie, ni siquiera los afectados hicieron
nada para impedirlo! ¡El PLD utilizó, ante nuestros ojos, todos los poderes del
Estado, no solo el dinero, para robarse las elecciones! ¡Y se las robó!
Y nadie tiró un tiro, quemó
una goma, impugnó las elecciones, ni llamó al pueblo a defender la voluntad
popular al precio que fuera necesario. Al contrario, corrieron al Muro de las Lamentaciones, a
rezar y llorar.
Ahora el PLD va con todo,
utilizando a Miguel Vargas –Caballo de Troya, como lo dije el año pasado cuando
apenas comenzaba la campaña electoral- para dividir, desarticular o destruir al
PRD.
Los que se robaron las
elecciones, con la complicidad de Miguel Vargas y su gente, ahora quieren
robarse al PRD para convertirlo en una entelequia similar al Partido
Reformista. El PRD en manos de Miguel Vargas es lo mismo que en manos del
gobierno. El PRD en manos de Miguel es igual a una de sus empresas quebradas.
Al país –no al PLD, ni a
Miguel Vargas- le conviene un PRD fuerte, unido, capaz de hacer oposición, no
negocios con el Estado, para establecer
un equilibrio o contrapeso que impida el
avasallamiento político de las demás fuerzas sociales.
Si el PLD de Leonel y Danilo –o viceversa- se roban al PRD, los
dominicanos lloraremos lágrimas de sangre. Si los perredeístas de sentimiento y
corazón, no los tránsfugas y traidores, permiten que les roben y destruyan su partido, estarán permitiendo
la desaparición de la democracia, la libertad y la justicia.
El PRD de Andrés Bautista,
Orlando Jorge Mera, Geanilda Vásquez, Milagros Ortiz Bosch, Emmanuel Esquea,
Hugo Tolentino, Hipólito Mejía, César Cedeño, César Sánchez, Guido Gómez,
Pastora Méndez, Ana María Acevedo, Peggy Cabral, Tony Peña Guaba, Ramón
Alburquerque, Wellington Arnáud, Tavito Suberví, Chacho Landestoy, Arturo
Martínez Moya, Víctor Méndez, Alberto Atallah, Jesús Ferris Iglesias, Vicente
Sánchez Baret, Fello Suberví, yanet Camilo, Yadira Henríquez, Farú Miguel,
Arsenio Borges, José Miguel Cabrera, Chú
Vásquez, Dolfy Rojas, Hector Guzmán,
entre muchos otros en todo el país, no pueden permitir, bajo ninguna
circunstancia, que le roben el partido, porque sería como permitir que se roben
la democracia y con ella la libertad y la justicia.
Por JUAN T H
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